Thursday, June 18, 2009

Enfermero en Comfort


ENS Jonathan Aukeman

USNS Comfort:


En Marzo de este año, borde en el USNS Comfort como un miembro del grupo del Centro de Medicina Naval Nacional en Bethesda, MD para comenzar una misión humanitaria de cuatro meses en países en América del Sur y Central. Yo hablaba muy poco español e igual que mis compañeros de trabajo no tenía mucha idea de cómo hacer la transición de la mentalidad de un hospital típico de los Estados Unidos a una mentalidad operacional lo cual se necesita para misiones de 8 a 10 días, trabajando en un barco en una sala de recuperación para muchos pacientes a la vez.



La mayoría de mi tiempo en esta misión, he trabajando abajo en la sala post quirúrgica ubicada en el segundo nivel en la parte trasera del barco, cuidando a los pacientes en recuperación. Después de su recuperación en la sala de cuidado post anestesia, la mayoría de los pacientes son traídos por el ascensor al segundo nivel en la parte trasera del barco. En la unidad, hay personal de diferentes culturas, incluyendo enfermeros de la Armada de Servicio Activo, enfermeras y asistentes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, médicos y enfermeras canadienses, enfermeras de la Fuerza Aérea, enfermeros reservistas de la Armada de los Estados Unidos, enfermeros de Project HOPE, y médicos del Ejercito los cuales han colaborado para crear una unidad que ofrece un servicio de alta calidad. Yo pienso que la mayoría de la gente diría (o dirían que pensaban) que el proveer servicios médicos y humanitarios es una cosa grandiosa, de igual forma, el personal del segundo nivel en la parte trasera del barco apreciamos la oportunidad que tenemos para servir a otros.


Practicar enfermería y proveer servicios con compasión a otros es en todas circunstancias un trabajo muy gratificante. Esta es una verdad confirmada al trabajar en el segundo nivel en la parte trasera del barco. Como muchas otras personas, yo quiero saber que mi trabajo está produciendo algo. Ser capaz de señalar algo, por ejemplo un número de personas alimentadas, y poder decir “esto valió la pena.” Con ese espíritu, yo reconozco que hoy di de comer a aproximadamente 70 pacientes y acompañantes. Obviamente, solo se puede hacer ciertas cosas en los 8 a 10 días que tenemos; pero sin embargo para los pacientes de cirugía la diferencia es inestimable. Una de las experiencias más humildes para mí ha sido que los pacientes me pidieran que les dieran mi autógrafo. En poder haber hablado e interactuado con los pacientes ha sido una experiencia excepcional. La experiencia ha sido significativa para todos los involucrados.

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